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Sistema, poder y sociedad | Electrónica para fascistas

¿Cuándo surge el poder? ¿Cómo se combate al sistema? ¿Quién controla a la sociedad? Físicamente el cuerpo humano es considerado una resistencia natural. Consumimos energía, creamos necesidades, provocamos desorden… Eléctricamente nuestro cuerpo es una oposición al flujo de corriente eléctrica, sin embargo, es gracias a esta oposición que surge lo que denominamos sistema eléctrico.

Para que exista un circuito eléctrico son necesarias tres cosas: Una tensión: que interpreta el poder (V), una corriente: personificada por el sistema (I) y una resistencia o sociedad (R); para introducirnos a la electrónica despejaremos estos principios  cómo sí viviéramos dentro de un circuito.

La historia se contaría así…

En un principio cuando se crearon las primeras sociedades (R) se creo también el poder (V)  y con este un sistema (I) que regulara el cuerpo social delimitando así un territorio donde fueran efectivas sus directrices (ancho de la calle, murallas, etc).

Dadas las tendencias anárquicas inherentes a las sociedades (R) el sistema (I), cuya función será prever las demandas de la resistencia (R), administrará la circulación de la energía o poder (V) destinada a la problemática que social.

El poder (V) entendido como regulación de las cargas eléctricas negativas depende de la diferencia de potencial entre las tendencias anarquistas (carga negativa) y fascistas (=ejercicio del poder), esto es una administración entre las demandas sociales y la creación de un sistema, digamos infraestructura, seguridad, presupuesto de cultura.

Por lo general cuando los circuitos electrosociales operan con normalidad se dice que el circuito está cerrado, porque hay una demanda de poder y una parte destinada que cubre las necesidades de esta.

Sin embargo, para que el sistema se abra o deje de funcionar, debe ocurrir que la diferencia de voltaje sea nula  (- -) (+ +). Si no hay diferencia de voltajes, no hay flujo de electrones, es decir, corriente eléctrica o sistema.

Ley de Ohm

Habrá que considerar que las demandas sociales (R) que se ubiquen en el flujo de la corriente (I) están intrínsecamente relacionadas por lo que la variación de una afectará inversamente proporcional a la otra. Así a mayor presión social (R) el sistema (I) se debilitará y viceversa.

Esta relación fue postulada por el científico alemán, Georg Simon Ohm y podemos encontrarla en las siguientes expresiones.

R= V/I : Fuerza de la Sociedad  es igual a poder entre sistema

I= V/R : Sistema es igual a poder sobre sociedad

V= RI : Poder es igual a sociedad por un sistema

Abrir el sistema. Guerrilla-Sobrecarga Corto circuito – Revolución

Aunque la inercia de los movimientos sociales tienda hacia la entropía del sistema, existen varias formulas para combatir a estos cuyo ejemplo más radical es el corto circuito. En un circuito si por accidente se llegasen a unir las cargas anarquistas y fascistas en una sola causa, provocaría una revolución en el sistema elevando su intensidad y anulando toda resistencia en un incendio devastador que destruiría al propio ejercicio de poder.

Mientras que en una sobrecarga (Guerrilla), la suma de demandas sociales (R) sobrepasarán al sistema (I) impidiendo también el ejercicio de poder.

Otra estrategia empleada es el falso contacto por el cual se conducen las demandas sociales hacia una corriente inexistente o fantasma.

Ejercicio de poder

En la realidad ninguno de los anteriores casos es deseable para que un circuito electrónico sea eficaz y opere óptimamente. Por ello es necesario crear los circuitos electrónicos desde una perspectiva de poder.