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3 Estrategias de invasión alienígena que seguramente no conocías

Mujeres y hombres a lo largo de la historia han reflexionado muchas cuestiones acerca de su existencia, su origen y su camino, una de ellas parte de la pregunta ¿Quiénes somos nosotros?, la cual no puede responderse sin a la vez preguntarse su pregunta antagónica, es decir ¿Quiénes no somos nosotros? Es decir mujeres y hombres desde su origen han reflexionado acerca de lo que llamamos identidad, así, hoy muchos de los debates teóricos acerca de la identidad nos dicen que la identidad no se construye a partir de lo que somos nosotros sino en su relación con lo que no somos nosotros, osea en lo que se dice la alteridad. Mujeres y hombres hablan de sí a partir de quienes no son ellos mismos, quienes no son sus parientes, quienes no son su pueblo, quienes no son humanos, quienes no son seres vivos y en últimas instancias quienes no son conocidos. Esta reflexión nos lleva entonces a pensar en todas las posibilidades de quienes no conocemos, a quienes les hemos dado mil nombres y formas, podemos decirles a todos estos ‘aliens’, palabra que proviene del latín y significa extranjero, es decir todo aquello quienes no somos.

Nosotros habitamos un mundo al que le hemos dado muchos nombres, nos caracterizamos por ser seres vivos, como tales tenemos una dinámica interna con la cual nos producimos a nosotros mismos constantemente como seres vivos, como seres vivos que compartimos un medio, y al relacionarnos con otros seres vivos coordinamos nuestras conductas. Entre los muchos seres vivos que existen nos caracterizamos por construir nuestro mundo a partir de algo que llamamos lenguaje que consiste en que podemos consensuar cómo coordinamos nuestras conductas porque podemos coordinar conductas coordinadas, es decir podemos montar una conducta coordinada sobre otra conducta coordinada (por ejemplo si nos vemos a lo lejos puedo mover los brazos en el aire de forma no cotidiana para llamar tu atención y me reconozcas, cuando miro que ya detuviste tu mirada en mi en señal de que me reconociste puedo mover mis manos hacia mi para decirte que vengas). Esta posibilidad del lenguaje solamente surge en lo que llamamos lo social, osea la relación cotidiana con mis compañeros, pero solamente llamamos estas relaciones sociales cuando las necesito para poder seguir viviendo porque sin ellas no puedo conseguir lo que ocupo para vivir, por esto solamente podemos hablar de un sistema social cuando la vida de cada uno de quienes conforman dicho sistema es la prioridad fundamental para la conservación de dicho sistema social. Para que puedan haber estas relaciones sociales es necesaria una emoción que guíe las acciones de todos aquellos quienes conforman este sistema social, una emoción que consiste en aceptar al otro tal y como es pues si no hay tal emoción; si no nos aceptamos tal y como somos, nos mataríamos todos y ya no habría nadie con quien hacer sociedad. A esta emoción podemos llamarla amor. Así, podemos decir que el fundamento como seres que vivimos en el lenguaje, así seres humanos, es la emoción que aquí llamamos amor. Sin amor no hay lenguaje y sin lenguaje no somos humanos.

Podemos ahora pensar sobre quienes no somos, osea aliens. De muchas maneras podemos pensarlos, podemos pensar en sus vehículos (los omnis), en sus posibles cuerpos pero si nos damos cuenta pensarlos así es asumir que ellos no están cerca de nosotros, pensamos cómo llegarán. Sin embargo si miramos para otro lado, es decir en vez de mirar en nuestras mentes hacia cómo podrán ser cuando lleguen, los miramos en nuestra realidad cotidiana. Si asumimos que no están escondidos, que los vemos todos los días pero que no los miramos, si desde allí los buscamos ¿Los podemos encontrar?

  1. Mercantilización: Hoy en día no hay cosa más común que lo que llamamos mercancía, cualquier cosa se convierte en mercancía cuando se empieza a medir su valor en relación a otra cosa que nada tiene que ver con la primera; una taza es una taza y una clase de español de una hora es una clase de español de una hora, pero cuando nos preguntamos cuántas tazas valen lo que una clase de español de una hora y llegamos a la conclusión de que 7.9 tazas equivale a lo que 45 minutos de clase de español tenemos dos mercancías. El común denominador con el que medimos su valor le llamamos dinero. En casi todo el mundo, en mayor medida mientras se vive más cerca de las ciudades grandes menos pensamos en cómo hacer una taza y más en cómo tener una taza, así para conseguirla utilizamos la medida universal de todas las cosas que pueden tenerse que es el dinero, la característica de las mercancías es que estas no se hacen sino se poseen. Osea que las mercancías nos esconden cómo alguien tuvo pasarse el día recogiendo tierra, para que otro día alguien tuviera que hacerle muchas cosas a esa tierra para que ya sea la taza, y luego alguien más tuvo que llevarla a donde se venden las tazas, todo eso ya no se ve cuando solamente compramos la taza. Así, si tengo dinero no importa si se rompe porque solamente basta ir a la tienda para comprar otra, nadie me va a decir nada porque esa taza es mía. Todo se puede hacer mercancía. ¿Cómo cambia el mundo entonces si ya vemos puras mercancías?

  2. Desarrollo: Para que la taza pueda venderse se necesita dónde venderse, necesita con qué llegar a donde se va a vender y necesita gente que quiera comprar la taza, por esto construimos autopistas para transportar las tazas, construimos tiendas para vender las tazas, tenemos escuelas donde aprendemos de dónde vienen las tazas, mas o menos cómo se hacen las tazas y dónde las podemos comprar, así como que si Juan tiene una fiesta con 8 invitados y 4 tazas para café cada dos personas van a tener que compartir taza (y por lo tanto va a tener que comprar cuatro tazas más para evitar que en su próxima fiesta sus invitados tengan cada uno su taza como lo merecen) y tenemos hospitales para asegurarnos que todos tengamos brazos para poder agarrar tazas. Así podemos ver que vamos transformando nuestras casas, nuestros pueblos y nuestras tierras para asegurarnos de que se puedan comprar y vender tazas, pero ¿Cómo hacemos aún así para que queramos comprar y vender tazas?

  3. Programación: Podemos por una parte dar todas las posibilidades para que sea aparentemente irrefutable la verdad de que ganas más comprando una taza que haciéndola. Podemos mostrarle al mundo entero que los beneficios que ganamos bebiendo en taza en vez de en jícara son abismalmente notorios, pero si a la gente le gusta más beber en jícara no vas a vender tazas, por eso podemos hacer que la gente ya no piense nunca más en jícaras y sólo piense en tazas. Una vez que las casas que les vendamos a la gente no tengan espacio para sembrar árboles de calabazo para hacer jícaras, podemos venderles una radio donde solo se hable de ‘tazas de café’ y no de ‘jícaras de café’, poco a poco podemos hacer que la gente ya se olvide de las jícaras y solo compre tazas dejando bien en claro que el café se bebe en tazas, así les dejamos grabada la idea de tazas de café. Entonces podemos hacer la idea de ‘salud’ y decir que de esto se encargan los hospitales, quien vaya al hospital podrá demostrar así que está sano. Podemos hacer la idea de ‘educación’ y decir que de esto se encargan las escuelas y quien vaya a la escuela podrá demostrar que aprendió. Quien no vaya al hospital no podrá demostrar su salud, quien no vaya a la escuela no podrá demostrar su educación y quien no tenga taza no podrá servirse café. Podemos así asegurarnos de que para que la gente aprenda, se cure o tome café tenga que tener educación, salud y suficientes tazas.

Finalmente, así vamos a dejarles bien en claro de que no podemos poner ni hospitales ni escuelas ni tazas para todos y que quienes hayan acumulado con su trabajo el valor equivalente para pagarlas, será quien pueda aprender, curarse y tomar café, podemos hacer como que no es así haciendo hospitales, escuelas y tazas públicas osea que vas a tener que pagar por ellos quieras o no, pero eso no significa que alcancen para ti. Osea que vas a tener que competir con tus compañeros para aprender, curarte o tomar café o más bien tener educación, salud y tazas; no vas a aceptar que tu compañera también quiera tener porque tú quieres tener y no alcanza para que todos tengan, quien debe tener a toda costa eres tú. Dijimos antes que la condición que nos hace lo que somos es aceptarnos tal como somos osea el amor. Podemos ver que este modo de mirar niega el amor, pues solo vamos a aceptar a nuestro compañero mientras no se meta con nuestro deseo de tener a toda costa. Así esta emoción que se basa en competir para tener podemos llamarla ‘alien’. Miremos ahora a los que son nuestros gobernantes ¿No son ellos quienes quieren quieren que esta emoción sea la que quede? ¿No han tratado de hacer un mundo con esta medida? Muchas películas manifiestan el temor de que nos dominen los aliens, hay muchas teorías de conspiración que hablan de cómo sí es que ya llegaron y nos gobiernan, que nuestros gobernantes son aliens disfrazados. ¿Qué pasa de nuevo si en vez de imaginarnos cómo van a ser estos aliens miramos a los que viven entre nosotros? Podemos ver que existen, que ellos son una emoción que está terminando con nuestra humanidad y que los más cercanos a ellos son muchos de nuestros gobernantes. Vemos que su invasión es presente y avanzada, no sabemos qué quieran una vez que hayan acabado con nosotros, no sabemos bien a bien de donde vienen, pero sí podemos ver cómo es que de otra dimensión llegaron y se han ido apoderando de nuestros corazones. Sabemos que no es nueva su aparición, dan testimonio de ello todos los cuentos con los que nuestros ancestros nos advirtieron de ellos, sin embargo conociendo estas estrategias suyas con las que a mi parecer ellos operan, podemos decir si queremos competir o amar.